martes, 31 de agosto de 2010

Urge que los últimos sean los primeros

Manos entusiastas que nos saludan, calidas y ásperas por el contacto con la tierra.

Miradas inocentes, inteligentes, que nos reclaman.

A veces olor a pobreza, otras a los perfumes de plantas y flores.

Monotonía en las comidas que aburren al gusto, mas que suficientes para nosotros, ojala en todos los casos pudieran ser igual de “monótonas” para ellos.

Sonidos próximos de chicharras, pájaros, ranas, otros mas lejanos de animales de la jungla tropical. Carreras y voces de los “youngstars” que juegan descalzos al futbol en las proximidades,

también lloros de niños en alguna ocasión, o las angustiadas pisadas que, con unas chanclas en las manos, da una mujer impedida avanzando a gatas por el camino. Miseria, belleza, naturaleza en estado puro.

El mas remoto lugar de Africa, o uno de los muchos lugares remotos en Africa, puede ser el lugar mas idóneo para no continuar equivocándonos.

La tierra se ha desarrollado provocando catástrofes ecológicas que nos han conducido a un punto limite.

El hombre sigue ambicionando la colonización de otros planetas. Después de la visita a nuestro satélite, Marte ha entrado en los ambiciosos proyectos de muchos países.

Mientras tanto un continente entero corre el riesgo de cometer los

mismos errores de los países avanzados o en desarrollo. Sus grandes ciudades, punta de lanza, hace tiempo que ya han empezado.
Los referentes que llegan a la que podríamos llamar “intelligentsia” de estos lugares llegan por las televisiones vía satélite y cuando esta conexión que permite ver las series que vemos todos, o los “big brothers” en versión africana de canales de Uganda o Nigeria, no existe quedan exclusivamente dos canales chinos, en ingles y francés, “for free” para vender los rascacielos de Shanghai, sus fabulosos luminosos y sus bien vestidos ciudadanos visitando la fantástica Expo. Otro modelo a desear (?)

Un continente a la deriva, tan pobre y desproporcionadamente diferente que sus habitantes deberían parecernos de otro planeta y ser objeto de la NASA y sus equivalentes en otros países.

Un continente al que interesadas naves espaciales chinas apuntan con tecnología tan barata como obsoleta y contaminante.

Gobernado por familias, clanes corruptos, capaces de cualquier decisión que aporte algunos recursos mas a sus arcas particulares para permitirse los lujos mas extravagantes y seductores de los referentes occidental o chino, los dos apuntan en la misma dirección.
Un continente donde la penuría y los riesgos de salud y violencia se extienden sin limites, en el que aun existen ejércitos mercenarios a disposición del mejor postor, hablo del Lord Resistence Army.

Donde empresas ejemplares en sus países de base, con constreñidos marcos legales, experimentan los modos de aumentar sus beneficios jugando con todos los factores no siempre políticamente correctos, mucho menos eticamente.
En el que sus habitantes son victimas simplemente por existir, en el que la naturaleza humana, para mal y quizás para bien -desde algún punto- ha “evolucionado” muy poco.

Pero tambien podría ser un lugar, muchos, para estrenar energías alternativas, para planteamientos de desarrollo controlado que permitan mejorar las condiciones de higiene vs salud entre sus habitantes sin necesidad de dar lugar a carreras desarrollistas.

Un destino para proyectos progresistas con sentido de equilibrio. Con un sentido de la medida, que se constituyera como modelo tan deseable para sus vecinos como los anuncios de muebles imposibles de adquirir que la televisión de Uganda ofrece para una minoría.

Un espacio para una utopía posible, y seguramente indispensable, capaz de salvar al mundo de las décadas de desarrollismo incontrolado con las caras consecuencias de hoy, aguas contaminadas de ríos y mares, destrucción de la capa de ozono…

Yo me imagino tukules –y no casas de ladrillos- con ciertas mejoras, placas solares, depósitos para recoger el agua de la lluvia, aislamientos mejorados, como en el fotomontaje.

Y también entre estos tukules aprovechando los numerosos pozos artesianos, espacios de uso común con mas posibilidades y mas estructurados que los que disponen actualmente. Una conducción de agua corriente en todos los tukules dada la diseminación de estos es impensable hoy y por mucho tiempo.

Esta es otra simple introducción de nuestro propio futuro, aquel que debemos matizar en todas las direcciones para apuntar siempre a la manida pero imprescindible sostenibilidad.

Es una carta particular a los “reyes magos”, aquellos –muchos- que pueden contribuir a ir en esta línea, unas opiniones que estando en este blog no tienen porque ser participadas en su totalidad por mi compañero David Fagundo o por la ONG Entreculturas, a la que como voluntario agradezco mucho haberme permitido esta experiencia.

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